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Conocía la obra de Santiago Eximeno cuando los amigos de NGC3660 me hicieron llegar uno de esos relatos únicos que publican en su fantástica web. He de confesar que sentí una emoción oscura y primigenia al pensar en ficcionarlo. La ciencia-ficción y la literatura fantástica española le deben mucho a escritores como Santiago.
La primera vez que me adentré en su universo habitaba la burbuja del lector ocasional de ciencia-ficción; supongo que en aquella época (hace no tanto tiempo) no apreciaba del todo el mérito oculto tras cada pequeña publicación de género fantástico, de terror o ciencia-ficción en España. La concurrencia internacional, el hasta hace bien poco escaso reconocimiento de estos géneros, las dificultades de tiempo y recursos de todo escritor en ciernes, la ausencia de apoyos destacables en el sector creativo castizo… Una larga lista de contras que se yerguen bloqueando el camino y desviando la atención de lo que aquí interesa: contar una historia, ser cuentistas.
En eso Santiago ha ganado por la mano la batalla a los avatares del capital… Es un narrador increíble. Su lugar es este, frente a la hoguera ancestral, contando cuentos que hagan soñar, temer y amar y aprender bajo las infinitas formas del fuego y la alquimia de la palabra.
Cuando terminé de leer «Quilla» lo leí de nuevo, varias veces. Es un relato tremebundo, cargado de esa esencia primigenia que se oculta tras el drama de lo mundano, y al drama se une la incertidumbre de un anti-héroe épico, de una cruzada aterradora y enigmática; de algún modo, las mismas incertidumbres que acometen al personaje principal conducen al lector a través de un laberinto de grandes preguntas incontestables y soledades de cosmicismo lovecraftiano. Las intrigas submarinas de la sumergida R’lyeh, de la perdida Carcosa o de la desconocida Kadath.
El oceáno y sus profundidades son el escenario perfecto para reflejar ese enigma, y la carga poética del relato desde el momento en el que se menciona al bendecido ha sobrepasado y alimentado mi imaginación durante el resto de sus párrafos. Sólo puedo, por tanto, rendirme ante el gran Eximeno, y entregar esta humilde ofrenda al Gran Soñador Submarino.
Ofrecemos este cuento como homenaje al gran Kraken. Y que la sangre que brota de la quilla nos guíe en el camino hacia el último de los sacrificios. Escucha el episodio completo en la app de iVoox, o descubre todo el catálogo de iVoox Originals
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